Definiendo las rutas de una ciudad inteligente
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El Acuerdo de París es una herramienta de cooperación internacional para la reducción de gases de efecto invernadero (GEI) y tiene una alta trascendencia en el comercio y la creación de políticas públicas. La Contribución Determinada a Nivel Nacional de Panamá 1 (CDN1) es una de las principales herramientas para el cumplimiento del Acuerdo de París e impulsa la reducción del 24% de las emisiones del sector energía al 2050, lo equivalente a 60 millones de toneladas de CO₂, incluyendo el consumo de productos derivados del petróleo. El sector del transporte representa el 47% del consumo energético nacional.
Indirectamente, la crisis sanitaria provocada por el virus COVID-19 ha impulsado el debate sobre la movilidad eléctrica, elemento transversal de la movilidad sostenible que presentó sus propios indicadores y acciones de mitigación en la Contribución Determinada a Nivel Nacional de Panamá 2 (CDN2).

Desde la óptica de las políticas públicas, el Proyecto de Ley 162, que incentiva la movilidad eléctrica, promueve disposiciones e incentivos para el cumplimiento de estos compromisos, recalcando su influencia en la movilidad urbana, la reducción de gases efecto invernadero, la infraestructura y la salud. A su vez, este proyecto recibió aportes de todo el país en la Comisión de Comunicación y Transporte de la Asamblea Nacional; espacio que con base a consensos formulados en debates de alto nivel técnico, evaluó los siguientes escenarios:
¿Se requerirá la instalación de un medidor adicional en las residencias para calcular la demanda de energía por carga de vehículos eléctricos?;
Conscientes que, gran parte de los trabajadores de transporte público masivo y selectivo son parte del sector informal, ¿Cuáles serían los incentivos que debemos priorizar para formalizar y apoyar a estos interesados?;
El Ente Operador Regional del Mercado Eléctrico de América Central ha confirmado la capacidad de generación eléctrica de Panamá, quien registró un incremento de venta de energía de 67.5 GWh durante el año 2020, siendo nuestro principal cliente Nicaragua, con 135.1 GWh. Identificado un potencial obstáculo para la movilidad eléctrica, el sistema de transmisión de energía, ¿Cuál es el estatus de la cuarta línea de transmisión eléctrica?;
Considerando la existencia de vehículos eléctricos con software integrados para el cobro de servicios de carga, ¿Es factible y seguro centralizar el servicio de pasarela de pago en estaciones de carga?;
La Cámara Solar de Panamá sustentó el ahorro de dinero y tiempo en el proceso de carga de vehículos eléctricos mediante estaciones conectadas a paneles solares. Adicionalmente, este método permitiría implementar la movilidad eléctrica a nivel local y rural, creando oportunidades de emprendimiento por su bajo costo de instalación en comparación a otras opciones. ¿Cuáles son los obstáculos del sector de energías renovables en Panamá?;
Datos del Global EV Outlook 2021 reportan que el 71% de las baterías vendidas en el 2020 están compuestas por células de óxido de litio, níquel, manganeso y cobalto (NCM Battery). Las baterías definen el precio de los vehículos eléctricos, ¿Tiene Panamá experiencia en procesos de obsolescencia de baterías?.

A medida que se profundiza el análisis de estos escenarios confirmé que el Proyecto de Ley 162, más allá de ser una iniciativa destinada a la venta y compra de vehículos eléctricos, es un elemento de libertad energética y una ruta para el desarrollo de ciudades inteligentes en Panamá.
Para validar este argumento podemos contrastar los datos del Manual de Ciudades Inteligentes de la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad, que recomienda abordar la electrificación de flotas en el transporte público y la construcción de infraestructura de carga como primeras fases de implementación de la movilidad eléctrica; esto coincide con las proyecciones establecidas por el gobierno central en la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica (ENME) y la Agenda de Transición Energética de la Secretaría Nacional de Energía (SNE), ambas incluidas en la Contribución Determinada a Nivel Nacional de Panamá 2 (CDN2).

La movilidad eléctrica sería un componente para una ciudad inteligente; gobiernos locales alrededor del mundo exploran e identifican oportunidades que evidencian el costo-beneficio de esta relación. La tecnología VG2 (Vehicle to Grid) que convierte a los vehículos eléctricos en proveedores de energía para el Sistema de Interconectado Nacional (SIN - Panamá) con base a las capacidades de almacenamiento en sus baterías, es sólo un ejemplo.

El software y los datos permiten optimizar la gestión energética con redes inteligentes, creando una economía colaborativa. El laboratorio alemán de energías renovables, EUREF-Campus emplea este método usando redes inteligentes abastecidas por energías renovables que lograron desarrollar una ciudad inteligente experimental y el modelo de negocio de hub energético.
Así mismo, la inteligencia artificial orientada a la gestión del transporte, permite optimizar los tiempos de traslado, implementar sistemas de pago digitales (contactless payments) y recopilar experiencias de usuario valiosas. Las aplicaciones móviles fortalecen la relación entre las ciudades inteligentes y la movilidad eléctrica, facilitando el monitoreo de niveles de contaminación y el cumplimiento de las metas globales dispuestas en la CDN1 y CDN2.
De este modo, la movilidad eléctrica es la principal ruta para el desarrollo de ciudades inteligentes en Panamá por sus oportunidades de innovación y mejora progresiva en sectores como la energía, el cambio climático, la libertad de mercado, la movilidad sostenible y el bienestar humano. Para los grandes fabricantes de equipos originales (OEMs) de vehículos de combustión interna como Volkswagen, los vehículos eléctricos representarán el 70% del total de sus ventas en el año 2030. Toyota, marca bastante popular en Panamá, presentará 15 modelos de vehículos eléctricos para el año 2025.
Las ciudades inteligentes y la movilidad eléctrica parecen ser conceptos abstractos para la realidad de Latinoamérica, pero puedo corroborar que ambos serán parte de la solución de muchos problemas en la era post-COVID19. La movilidad eléctrica y la trascendencia de sus componentes crean una ruta para el desarrollo de ciudades inteligentes en nuestro continente.